miércoles, 15 de septiembre de 2010

Yo en su lugar

Muchas veces quise ponerme en sus zapatos. En realidad más que nada en esas botas de cuero marrón, las que tienen tacos. Tienen pinta de lejano oeste, de polvo añejo, de historia llena de secretos.
La única vez que lo intenté sólo pude meter el pie izquierdo, y lo saqué enseguida porque sentí algo raro adentro. Resultó ser una cucaracha. Cómo hacer entonces para ponerme en sus zapatos. Se me fueron las ganas. Además, eso de la igualdad no es cierto. La verdad es que somos todos distintos.

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